jueves, 5 de mayo de 2011

Quisiera que siempre fuera noche, fuera madrugada.


Quisiera poder con un grito ahogar mis penas, borrarlas, borrarte.
Quisiera poder llorarte hasta que te me resbales del alma, hasta que no quede nada; hasta que me quede seca y no pueda volver a sufrir.
Quisiera que la noche le hiciera el amor a la playa, que no terminara nunca de obscurecer; que las olas derritieran la arena entre sus aguas, que la ahogaran para que nunca pueda salir otra vez.

Me encantaría poder decir que ojalá nunca hubiera amado, porque entonces, no tendría tristes recuerdos que me acompañen en soledad, que acompañen mi silencio.
El haberte tenido embelesó mis sentidos, embriagó mi alma, hipnotizó mi razón...dejó ciego mi juicio, perdí el sentido; me llevó a un lugar más alto que lo terrenal... más profundo que el abismo.

Que no estés aquí me mata y sin embargo, quisiera que te fueras de una vez, ya para siempre.
Te he esperado aquí toda mi vida, aquí en esta ilusión... ¿Qué me queda? si te ensañas en demostrarme que he estado aquí en vano; si me ensaño en demostrarte que existe una razón.

Tú eres inocente de ser así, y yo soy culpable de ser como soy; aún así te hice y me hiciste feliz. Pero quizás, y sólo quizás, tú siempre serás de noche, y yo siempre seré playa; quizás, de verdad tan sólo quizás, tú para ti, y para mí algo como yo.

Y aunque así sea, la vida nos sigue juntando...nos seguimos buscando.
Nos hace repetir porque le gusta jugar, porque tiene algo que probar...sea cual sea la aparente verdad, no importa, no tiene sentido, mientras tú estés donde estoy yo...nunca nos podremos soltar.
Lollipop

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